Debido al influjo de la era digital, en los últimos años la hipocondría ha sufrido la metamorfosis hacia la cibercondría o hipocondría digital, una conducta obsesiva aún más grave, que afecta con mayor impacto la salud mental, sumándose los efectos negativos del autodiagnóstico y la automedicación.
Indagar compulsivamente en el ciberespacio sobre sintomatologías, enfermedades y tratamientos médicos es hoy una conducta muy común y sumamente riesgosa; lamentablemente, se observa una tendencia al aumento de esta práctica, llevándose a una actitud cotidiana. Las personas buscan información en la web sobre sus supuestos malestares, se autodiagnostican y se medican o acuden a “tratamientos” que, aparentemente, les permitirán la cura.
Esa sensibilidad y preocupación permanente y angustiosa por la salud y la idea de ser portador de una enfermedad no diagnosticada se identifica como hipocondría o hipocondriasis. Desafortunadamente, este comportamiento se ha ido modulando y acomodando a las oportunidades que brinda el aluvión informativo en la web y las redes sociales sobre síntomas y enfermedades, situación que se agrava por las innumerables voces influyentes que, generalmente sin conocimiento especializado, emiten juicios sobre la salud y la enfermedad.
El hecho es que mientras más se busca cierta información en estas plataformas, el algoritmo de inteligencia artificial sugiere mucho más contenido al respecto. Esta situación, como ha sido documentada por la ciencia, tuvo su punto más álgido en la pandemia de covid-19, cuando se disparó la ansiedad por los problemas de salud.
El estudio “Determinantes sociales de la ansiedad en el siglo XXI”, de investigadores de Valencia (España), publicado por Elsevier, indica que la “infoxicación”, como se le llama a la sobrecarga excesiva de informaciones en ocasiones contradictorias, se agrava por las noticias falsas y la desinformación, especialmente en áreas como la salud. “En una revisión sistemática se observó que la búsqueda de información en Internet es una práctica muy habitual, más aún si el paciente presenta dudas no resueltas o un estado emocional ansioso. Estas búsquedas pueden dar pie a conclusiones erróneas sobre la evolución de enfermedades, a tratamientos «caseros» o a autodiagnósticos de enfermedades, aumentando a su vez la ansiedad de la persona”, describe el estudio.
Debido al influjo de la era digital, en los últimos años la hipocondría ha sufrido la metamorfosis hacia la cibercondría o hipocondría digital, una conducta obsesiva aún más grave, que afecta con mayor impacto la salud mental, sumándose los efectos negativos del autodiagnóstico y la automedicación. Por ello, es importante que las preocupaciones por nuestra salud siempre se consulten con personal idóneo de salud.
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