Desde el pasado 14 de marzo, cuando se presentaron alteraciones en la prestación del servicio en centros educativos rurales de siete municipios del Catatumbo, por causa de enfrentamientos entre grupos insurgentes, la Secretaría de Educación de Norte de Santander ha venido haciendo un detallado seguimiento a la situación escolar.
Así lo manifestó la titular del despacho, María Fabiola Cáceres Peña, quien aseguró que algunos rectores y directivos, como directos responsables de la seguridad y bienestar de sus docentes y estudiantes, tomaron la decisión de suspender las clases, la semana pasada, por espacio de 2 o 3 días.
“Tan pronto conocimos esta anormalidad académica, convocamos (el pasado viernes 16 de marzo) a los miembros de la Mesa de Educación en Emergencia, con la participación del Consejo Noruego para Refugiados, la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA) y el ICBF, para revisar la situación en cada municipio”, dijo Cáceres Peña.
La funcionaria añadió que, en ese momento, se estudió la posibilidad de modificar el calendario escolar en algunos municipios, si se mantenían los enfrentamientos. Sin embargo, este martes 20 de marzo, tras conocerse la existencia de un aparente cese de hostilidades en la zona, se informó que las clases avanzarán como se tenían previstas.
“Nos comunicamos con las instituciones. Nos manifestaron, en su mayoría, que hay normalidad, salvo en Hacarí, donde, en la sede Mesitas, persiste una situación delicada y hoy no retornaron a clases”, precisó la Secretaria de Educación.
Los directivos, por ahora, deben seguir reportando cómo transcurre la situación. Si evidencian alguna amenaza sobre la seguridad de los estudiantes y educadores, podrán tomar la decisión de suspender las clases.
María Fabiola Cáceres Peña hizo un llamado a los grupos insurgentes para que “respeten a las comunidades civiles y, sobre todo, a los menores”.
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