Juan
Carlos Quintero Calderón
Últimamente
la palabra estrategia se ha universalizado en cuanta acción realiza una
empresa: plan estratégico, planeación estratégica de medios, estrategias para
desarrollo de personal, estrategia comercial, plan de acción estratégico, y
demás acciones a las que se les pueda poner ese calificativo: estrategia de
productividad, estrategia de comunicación, compras estratégicas, trazado
estratégico, negociación estratégica, entre otras. Y no puede faltar la teoría
sobre el tema con obras míticas como: El arte de la guerra, La estrategia del
océano azul, la mente del estratega y Maquiavelo y los empresarios.
Pero
¿qué es en realidad y en términos prácticos el término: estrategia? Existen
infinidad de definiciones y vamos a ir de la más práctica y sencilla a la más
compleja. Si existe un objetivo, es decir, algo que se debe lograr en un
período de tiempo determinado debe existir una o varias estrategias que
coadyuven a alcanzar ese objetivo, en pocas palabras si hay un “Qué” debe
existir uno o varios “Cómo”. Ese cómo es lo que en el Griego se menciona como
“Stratos” o ejercito, y “Agein” o conductor, guía; que traducido literalmente
es “guía de los ejércitos” o cómo llevar un ejercito a lograr el objetivo de
toda batalla: la victoria.
M.
Porter definía la estrategia como “El desarrollo de una amplia fórmula de cómo
la empresa va a competir para alcanzar sus objetivos” y hoy el factor “cómo” es
el que genera que el 70% de los malos resultados en las organizaciones se deba
a un deficiente proceso de formulación y ejecución de estrategias, de hecho,
muy pocas empresas piensan en esa palabra a no ser que las condiciones del
mercado empiecen a cambiar drásticamente y en ese momento deciden reunirse a
pensar como van a hacer para lograr el objetivo: ventas, atención, satisfacción,
rotación, cartera, entre otros.
Así
que el éxito o fracaso de una estrategia es responsabilidad de quien dirige las
operaciones y de la asignación de recursos para el logro del objetivo propuesto,
es por eso, que el trabajo más complicado y más desagradecido es el de
consultor empresarial, pues, en conjunto con el CEO se formula el
direccionamiento y se acuerdan unos objetivos, pero, la responsabilidad de la
ejecución de las estrategias es de los ejecutivos de la empresa, y pasado un
tiempo encontramos que no se contrato la cantidad de personas acordadas, la
publicidad se pauto en los medios más económicos, que curiosamente, tienen la
menor audiencia o no impactan el target que se había planificado, las
capacitaciones de personal aún no se han hecho porque la gente esta muy
ocupada, la investigación que se contrataría decidieron no contratarla
externamente por el costo y se la pusieron como trabajo de grado a un
practicante universitaria, y el más grave de todos los errores, es que el
gerente permanece tan ocupado que no se ven avances porque no delega y porque
prefiere que las cosas se hagan de la misma manera como sean hecho por años.
Así
que si quiere que las metas se alcancen debe poner los recursos necesarios,
tener el liderazgo para ejecutar las estrategias y la creatividad que le
permita identificar y explorar diferentes opciones, pues, es más fácil formular
que hay qué hacer, pero implementar cómo hacerlo es el verdadero reto y usted
siempre será juzgado por sus logros.





No hay comentarios:
Publicar un comentario