Por: José Neira Rey1.-Aprovechando la obligada estancia en Bogotá, que me impusieron una serie de exámenes y evaluaciones, consideré oportuno dialogar –como lo hice – con el ex Gobernador y experto en Derecho Administrativo Dr. Antonio Lizarazo Ocampo, para pedirle que recogiendo documentos y precisando conceptos, recordara a la región , las propuestas que elaboró una Comisión Especial, integrada durante su administración y que con la asesoría de los Drs. Luis Carlos Sáchica y Juan de Dios Montes Hernández fueron presentadas a la consideración de la Asamblea Nacional Constituyente, que aprobó en 1991,la reforma a la Constitución Nacional, pero, que infortunadamente, nadie recordó durante las celebraciones de los 20 años de su vigencia y sin que tampoco lo propuesto y aprobado, se utilizara –porque se ha omitido su aprovechamiento- en procura de dinamizar la situación regional y fronteriza, que sigue durmiendo no el sueño de los justos, sino las pesadillas de una dura realidad de abandono y marginalidad, en casi todo. Y, destacamos lo anterior, porque existiendo autorizaciones, pasos y mecanismos institucionales, que se pueden canalizar y ampliar, constituye una muy seria y grave omisión, que bajo ninguna fórmula y sin ningún cuerpo autorizado ó acción promotora, se prosiga, sin intentar aproximaciones, ni formular iniciativas para que haya un auténtico e impulsor intercambio y correspondencia de empeños y auxiliares colombo-venezolanos, en nuestra frontera.
2.-Para mayor claridad, acudimos a la Constitución Nacional y citamos el Art 289, que reza así: “Por mandato de la ley, los departamentos y municipios ubicados en zonas fronterizas, podrán adelantar directamente con la entidad territorial limítrofe del país vecino, de igual nivel, programas de cooperación e integración, dirigidos a fomentar el desarrollo comunitario, la prestación de servicios públicos, la preservación del ambiente”.
3.-Por la ausencia de verdaderos políticos, el facilismo galopante existente y la poca visión que ha imperado, el panorama se relega al olvido y la región fronteriza sigue dependiendo de Bogotá y Caracas. ¿Cómo avanzar, si no hay acercamientos, encuentros y acuerdos sobre lo elemental de nuestro entorno? ¿Cómo, resolver los entuertos de la circulación y tránsito por los Puentes Internacionales y la situación de la movilidad de personas y mercaderías, si no hay mesas de permanente evaluación y con planes, programas y proyectos en desarrollo conjunto? ¿Qué estamos promoviendo sobre el transporte masivo y los movimientos de carga, cuando no tenemos ni un parqueadero de containeres y hay descuido en los servicios obligatorios y oficiales en la estructura operativa, de lo que constituye el Puerto Seco? ¿ Cómo hablar de perspectivas si el Aeropuerto de San Antonio decae y el de Cúcuta- que debiera ser auténticamente internacional , exige un replanteamiento integral y reubicación, por muchas razones – carece de adecuaciones y dotaciones suficientes para especializados servicios y atenciones de carga, que podrían ser soluciones ante el embotellamiento vial por carretera ? ¿Qué programación cultural o deportiva se cumple entre las localidades fronterizas? ¿Que vivencias coparticipativas animan el ambiente fronterizo? ¿Acaso las urgentes soluciones del agua, viales- incluyendo el retorno al ferrocarril- , seguridad y desarrollo de la urbe fronteriza no constituyen temas vitales, para darle carta de naturaleza a estos prospectos y a la noción de Área Fronteriza Binacional?
Así no se crea, esa indiferencia y pasividad en la gestión integradora y en el fortalecimiento de la convivencia y asistencia mutua, es lo que no mueve, ni hace interesar a Caracas, ni a Bogotá, como lo demuestran los hechos. ¿Será posible, que sigamos como vamos y nos quedemos como estamos ? ¿Los candidatos a los cargos de manejo, tendrán en sus prospectos estas temáticas? ¿Cuándo anunciarán sus equipos de trabajo ,que serán decisorios ,para muchas gentes ? Ellos, determinarán : ¡ El acierto ó más improvisación ¡




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