En esta época del año, cuando millones de hogares en Colombia se preparan para las festividades encendiendo velas como símbolo de unión, tradición y esperanza, Greenpeace Colombia hace un llamado a reflexionar sobre un aspecto poco conocido pero ambientalmente relevante: el impacto de las ceras con las que se fabrican la mayoría de las velas que consumimos.
Aunque parecen inofensivas, muchas velas comerciales están hechas a base de parafina, un derivado del petróleo. Al encenderlas, liberan al ambiente compuestos tóxicos y contribuyen a la contaminación del aire dentro de los hogares. Esta práctica, tan cotidiana como cultural, se vuelve especialmente significativa en fechas como el 7 de diciembre, cuando el país enciende millones de velas en una sola noche.
“Encender una vela tiene un profundo significado para las familias en Colombia, especialmente en una fecha tan simbólica como el Día de las Velitas. Esta es una tradición que queremos seguir celebrando por generaciones, por eso también es valioso conocer el impacto de los productos que llevamos a nuestros hogares", señaló Laura Caicedo, Coordinadora de campañas para Greenpeace Colombia.
“Cuidar nuestra salud y la del planeta puede empezar con acciones pequeñas y posibles desde la realidad de cada familia. Elegir velas con ingredientes naturales y sin derivados del petróleo es una forma sencilla de protegernos sin renunciar a nuestras costumbres.”
¿Por qué importa?
La parafina, al quemarse, libera sustancias como benceno y tolueno, contaminantes que afectan la calidad del aire. Muchas velas contienen colorantes y fragancias sintéticas que incrementan la emisión de partículas contaminantes.





















