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sábado, 13 de septiembre de 2025

¿Lo ascendieron? Aquí unos tips para empezar a liderar sin morir en el intento

Ser ascendido en el trabajo no solo es un reconocimiento al buen desempeño, sino también una puerta a un nuevo escenario del mundo laboral. Aunque parezca que se trata simplemente de ejercer nuevas funciones, subir a una posición de líder implica más compromisos: nuevas maneras de pensar, actuar y relacionarse con los demás. Ser líderes conlleva la responsabilidad implícita de ser el ejemplo a seguir por las personas que van a trabajar en nuestro entorno empresarial.

Cuando los profesionales son ascendidos, asumen este nuevo rol con ilusión, pero pronto descubren que el liderazgo conlleva desafíos complejos que van más allá de coordinar tareas, porque implica pasar de la ejecución individual a la responsabilidad colectiva. Así lo explica Jose Luis Rodríguez, Director del Máster en Gestión de Personas, Talento y Transformación Digital de EAE Business School, perteneciente a la red de formación superior Planeta Formación y Universidades.

«Ya no se trata solo de hacer las cosas bien, sino de lograr que un equipo funcione, se sienta motivado y alcance resultados», detalla Jose Luís «Eso exige habilidades nuevas, tener capacidad de comunicación, incluyendo tanto escucha activa como proporcionar feedback adecuado a nuestros equipos y también una gestión emocional distinta».

Desafíos al pasar de colaborador a líder

Cuando un trabajador asume una función de líder, normalmente vienen tres desafíos importantes: dejar de pensar en términos personales para tomar decisiones que afectan a todo el grupo, expectativas de ambos lados de la jerarquía y dificultad para delegar.

«Pensar de manera grupal exige un reajuste mental, especialmente cuando el ascendido hace parte de un mismo equipo», explica Jose Luís . «Pasar de colega a líder genera tensiones, dudas y una necesidad de redefinir vínculos, además de equilibrar las expectativas que vienen tanto de arriba en la espera de resultados, como de abajo con un equipo que espera claridad, apoyo y visión. Esto es un coctel que da como resultado sobrecargas emocionales, tensión y ansiedad».

Muchos líderes nuevos también sienten que deben seguir haciéndolo todo por sí mismos, ya sea por hábito o por desconfianza en que otros logren el mismo nivel de calidad. Pero liderar no es hacerlo todo, sino facilitar que otros crezcan y asuman responsabilidades. Y es la confianza uno de los elementos más importantes en esa transición.

«Hay gestos que consolidan vínculos y motivan a los grupos, como reconocer los logros, visibilizar el esfuerzo colectivo y celebrar los avances compartidos», recomienda Jose Luis Rodríguez, Director del Máster en Gestión de Personas, Talento y Transformación Digital de EAE Business School. «El liderazgo efectivo no se construye con distancia jerárquica, sino con conexión humana».

Consejos y errores a evitar al convertirse en líder

La transición al liderazgo suele venir acompañada de una carga emocional intensa. Las decisiones pesan más, los errores se sienten con mayor impacto y el deseo de «no fallar» puede convertirse en una fuente de ansiedad. Por eso, es fundamental desarrollar estrategias para gestionar el estrés desde el inicio, según anota Jose Luís .

● Establezca límites saludables: reconozca cuándo desconectar, aprender a decir no y evitar asumir todas las responsabilidades solo. Priorizar tareas, delegar con criterio y apoyarse en herramientas de planificación también ayuda a ordenar la carga mental.

● Cultive espacios de autocuidado y reflexión: Puede ser una caminata breve, una actividad física regular o una conversación con un mentor. Hablar con otros líderes y compartir experiencias permite tomar distancia, recibir apoyo y ampliar la perspectiva.

● Enfrente los desafíos con altura: Aunque un buen líder debe ser empático, no debe caer en el intento de agradar a todos. Mantener buenas relaciones es clave, pero liderar implica tomar decisiones difíciles y asumirlas con firmeza. Tratar de evitar conflictos a toda costa puede minar la autoridad y generar confusión.

● Aprenda a delegar: Querer controlarlo todo puede conducir rápidamente al agotamiento y frenar el desarrollo del equipo. Observe bien las capacidades del talento humano a cargo, brinde la oportunidad de que otros asuman responsabilidades y sepa reconocer el esfuerzo, así como brindar feedback si es necesario. Esta característica es comúnmente reconocida como la más compleja de gestionar por las personas en sus primeros años de liderazgo.

● No se compare: Aunque sea tentador imitar al líder anterior, su liderazgo debe ir construyendo una identidad y estilo propio. Encontrarlo, sin embargo, toma tiempo y autoconfianza, pero el proceso es valioso y dejará huella para liderazgos futuros. Diferenciarse aportando nuevas ideas, procesos u optimizando procesos es lo que las organizaciones buscan con los nuevos líderes. Personas con talento que permitan a la organización seguir desarrollándose ante la evolución del entorno empresarial y social.

● Siga cultivándose: Hay quienes descuidan su propia formación por enfocarse demasiado en las tareas operativas. Participar en programas de desarrollo, recibir retroalimentación y buscar acompañamiento profesional es clave para construir un liderazgo auténtico y sostenible.

«En este proceso, también es clave recordar que el equipo y el líder van de la mano», señala el experto. «Interesarse por los desafíos y aspiraciones de cada integrante, cumplir lo prometido y explicar con claridad las decisiones son prácticas básicas para forjar credibilidad».

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