El Catatumbo cultiva futuro: caficultura y cacaocultura como motores de paz y desarrollo solidario

En el corazón de una región históricamente marcada por el conflicto y la economía de cultivos ilícitos, el Circuito Asociativo Solidario Agroproductivo del Catatumbo está demostrando que es posible sembrar esperanza y desarrollo a partir del café y el cacao.

En municipios como Hacarí, Tibú, El Tarra, Convención y Sardinata, las organizaciones campesinas y comunitarias están consolidando un modelo productivo asociativo que le apuesta a la sustitución de economías ilegales, el fortalecimiento de las capacidades locales y la transición hacia una economía solidaria, con caficultores y cacaoteros como protagonistas.

El café y el cacao: motores de desarrollo rural

Colombia vive un momento histórico en su producción agropecuaria. En julio de 2025, la producción de café alcanzó 1,37 millones de sacos de 60 kg, el nivel más alto registrado para ese mes en la última década, con un aumento del 19 % frente al mismo mes del año anterior (Fuente: Portafolio). La Federación Nacional de Cafeteros proyecta que, al cierre del año caficultor, Colombia podría llegar a los 15 millones de sacos producidos. En paralelo, el cacao colombiano también marca cifras récord: en 2024, las exportaciones de cacao y sus derivados alcanzaron los USD 265,1 millones, duplicando los ingresos del año anterior (Fuente: Portafolio).

Ante este panorama, el presidente Gustavo Petro ha llamado a la industrialización del café en origen y al fortalecimiento de la asociatividad como eje fundamental para la paz: “El café debe dejar de ser solo un producto para la exportación en bruto y convertirse en un motor de transformación regional con valor agregado en origen”, declaró en julio de este año.

Catatumbo: del cultivo ilícito a la esperanza comunitaria

En el municipio PDET de Hacarí, organizaciones como ASOMUCABA (Asociación de Mujeres Campesinas de la Vereda Buenos Aires) y ASOPROHACARI (Asociación de Cacaoteros del Municipio de Hacarí) están liderando procesos de sustitución productiva, transformación y comercialización asociativa.

"Nuestro café se llama Bacano, por su sabor y aroma. Es producido por mujeres campesinas que, tras el conflicto, decidimos sembrar esperanza y futuro. Hemos transformado nuestras vidas gracias al apoyo de la Unidad Solidaria, que nos ha fortalecido en capacitación y maquinaria. Hoy podemos decir que asociarse es sinónimo de progreso", afirma Cirlley del Carmen Salazar, lideresa de ASOMUCABA.

Desde el cacao, Jhon Geiner Herrera, presidente de ASOPROHACARI, resalta el impacto de este producto como alternativa al cultivo ilícito:

"El cacao ha sido una fuente de vida. Hoy transformamos derivados como chocolate de mesa y chocolatinas. Con precios justos y apoyo técnico, el cacao nos está permitiendo dejar atrás el cultivo de uso ilícito y construir un sustento digno para nuestras familias".

Proyección 2025: asociatividad, compras públicas y comercialización solidaria

El Circuito Asociativo Solidario Agroproductivo del Catatumbo se consolida como una apuesta territorial para conectar la producción campesina con los mercados justos. Para el 2025, proyecta:Establecer alianzas estratégicas en compras públicas locales de alimentos, conectando organizaciones campesinas con programas de alimentación escolar, penitenciaria y hospitalaria. Impulsar la creación de un Centro Agrologístico regional, que permita almacenar, transformar y distribuir productos agropecuarios a nivel regional.

Fomentar la comercialización solidaria entre federaciones del departamento, garantizando precios justos y la soberanía alimentaria.

Conclusión: el Catatumbo se asocia para vivir en paz

Con café, cacao y asociatividad, el Catatumbo está construyendo una nueva narrativa: la del territorio que decide dejar atrás la economía de guerra para sembrar cooperación, trabajo digno, empoderamiento de las mujeres y bienestar colectivo. En general, el Catatumbo se proyecta como un Territorio Asociativo Solidario que transforma la tierra y alimenta la vida.