La niñez es una etapa del desarrollo humano que abarca desde el nacimiento hasta la adolescencia. Es un período crucial en la vida de una persona, en el que se experimentan importantes cambios físicos, cognitivos, emocionales y sociales. Se caracteriza por el crecimiento acelerado, tanto en tamaño como en habilidades emocionales, físicas y motoras.
Esta es una etapa en la que se adquieren destrezas físicas, emocionales, y en términos cognitivos, se desarrollan habilidades del pensamiento más complejas, como la capacidad de razonar, resolver problemas y adquirir conocimientos.
Hoy, los investigadores se sienten atraídos por los conceptos que tienen los niños sobre lo que les rodea y pareciera que en el mundo de los adultos quisieran escucharlos, pero les cuesta entenderlos.
Hay quienes creen que si los adultos escuchan más a los niños y a las niñas podrían encontrar respuestas a muchos cuestionamientos sociales. Entender las voces de la niñez, en esa inocencia y en esa claridad, permitiría disminuir las brechas de desigualdad, que se hacen más grandes en la medida en que ellos crecen.
La Universidad Simón Bolívar tiene grandes apuestas por la niñez y ha establecido acciones y proyectos que involucran esas voces. Por ejemplo, desde el programa académico de Trabajo Social se avanza en proyectos de investigación y de intervención dirigidos a observar sus vivencias en distintos escenarios.
Entre ellos se destaca uno titulado ‘Involucramiento parental en la formación integral de adolescentes escolarizados del departamento de Norte de Santander’, proyecto que busca responder a la situación del involucramiento parental y la incidencia en aspectos críticos que presenta la población adolescente como el consumo de sustancias psicoactivas, los trastornos de la alimentación, trastornos asociados a la sexualidad como la disforia de género, trastornos de la afectividad y deserción escolar, entre otros, en el período 2022-1 y 2023-2.
En ese mismo sentido, los objetivos específicos identificarán acciones de participación de los padres al interior del hogar, describirán los imaginarios de los adolescentes en cuanto a la participación de los padres, madres y tutores en las instituciones educativas y explicarán el relacionamiento de las familias en pro de la formación integral de la población a investigar.
Otro proyecto adelantado se titula ‘Planes de vida comunitarios: Estrategia de fortalecimiento en Juntas de Acción Comunal en Cúcuta y otros municipios de Norte de Santander’. Uno de los objetivos consiste en construir colectivamente los planes de vida comunitarios de las JAC por grupos poblacionales, es decir, cómo viven, ven y se piensan el barrio los niños, las niñas y adolescentes.
Según la directora del programa de Trabajo Social, de la Universidad Simón Bolívar, Magali Alba Niño, “es importante escuchar a los niños por su sabiduría innata, al no estar permeados por todos los egos que tenemos los adultos”.
La profesora e investigadora Unisimón, dijo que, como familia, como sociedad y como Estado, no se escuchan, porque los adultos imponen sus ideas frente a las de los niños. “No les permitimos dejar ser y actuar. Creo que llegamos a contaminar esas verdades y no a oírlas”, precisó.
De hecho, existe un gran interés desde las instituciones y el Estado por escuchar lo que dicen, lo que piensan y cómo creen que debería ser la sociedad, para implementar proyectos y programas que ayuden en la atención de la niñez, ya que es, en esta etapa de la vida, cuando se adquieren habilidades sociales y se establecen vínculos con otros. Es un ciclo en el que aprenden a manejar sus emociones, a desarrollar empatía y a establecer relaciones con sus pares y adultos significativos, lo que sin duda permitiría a los seres humanos concebir a futuro una mejor sociedad.
La familia, la sociedad y el Estado tienen la obligación de asistir y proteger a la niñez para garantizar su desarrollo armónico e integral y el ejercicio pleno de sus derechos. Así lo establece el artículo 45 de la Constitución Política de Colombia, reglamentado en la Ley 1098 de 2006.
Es decir, la sociedad tiene compromisos que cumplir, entre ellos, garantizar una escucha efectiva. Debe entenderse que es importante que a los niños y niñas se les reconozcan como personas importantes e influyentes. Significa que, su opinión, experiencias y perspectivas deben ser reconocidas y respetadas. Por lo tanto, es importante escuchar lo que tienen que decir para entender sus sentimientos y necesidades, señala la investigadora Unisimón.
Esto puede ayudar a la sociedad, a la academia y a la familia a proporcionar un contexto seguro, estable y favorable para la niñez. Asimismo, los infantes pueden compartir información sobre sus preocupaciones y necesidades, así como sobre cualquier desafío que enfrentan. De igual forma, con la escucha se podrían construir mejores infraestructuras y políticas públicas para el beneficio de los menores.
Al escuchar a los niños, niñas y jóvenes, desde la familia, se pueden entender mejor sus necesidades inmediatas. Esto incluye ayudarles a tener acceso a una educación de calidad, alimentación adecuada, vivienda segura, atención médica apropiada y un entorno libre de violencia. También es importante respetar su voz para tomar decisiones importantes que les afecten directamente, como elegir su propia identidad de género, cultura y religión.
De igual forma, si la familia escucha a los niños y a las niñas ayudará a entender problemas de salud mental, como la depresión y los trastornos del estado de ánimo, permitiendo abordar el problema adecuadamente y ofrecer la asistencia apropiada.
Según Alba Niño, al darles una voz y respetar sus derechos, se les está brindando la oportunidad de tener una mejor calidad de vida, contribuyendo al desarrollo de una sociedad más saludable y armoniosa.
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