La integración económica de quienes llegan a Colombia procedentes de Venezuela es clave para el desarrollo social y económico del país. El consorcio VenEsperanza, apoyó a más de 10.000 personas con formaciones sobre educación financiera, emprendimiento, grupos de ahorro y orientación laboral para mejorar sus oportunidades y que pudieran aprender nuevas formas de generar ingresos que faciliten su nueva vida en Colombia.
Estas actividades forman parte de la segunda fase del programa VenEsperanza que comenzó en octubre del 2022 y que apoyará a más de 157.000 personas con asistencia humanitaria multipropósito para cubrir sus necesidades más urgentes hasta finales de 2024. Esta iniciativa se desarrolla en Antioquia, Arauca, Bogotá, Bolívar, Cundinamarca, La Guajira y Norte de Santander. Arianna Longa explica lo que significó formar parte de este programa. “Gracias a VenEsperanza tuve una oportunidad para emprender y ayudar a mi familia, me hace sentir muy orgullosa”.
La integración, una oportunidad para Colombia
Según el Fondo Monetario Internacional, el impacto del flujo migratorio desde Venezuela representa un crecimiento promedio de entre el 0,10% y 0,25% en las economías de los países de acogida de América Latina desde 2017. Shanti Sattler, directora del Consorcio VenEsperanza, destacó el esfuerzo adicional que estamos haciendo para la integración social y económica de esta población. “Apoyar a personas migrantes y refugiadas en la generación de ingresos es el camino para que puedan seguir persiguiendo sus metas, y supone también un gran impacto positivo para la dinamización de la economía de Colombia”, señaló Sattler.
En este sentido, las personas participantes tienen la posibilidad de elegir unirse a cualquiera de los talleres que ofrece el programa ya sea sobre emprendimiento, grupos de ahorro y orientación laboral. El espacio sobre emprendimiento consta de sesiones de planeación financiera, cómo construir un plan de negocio y de inversión.
María Salazar es una colombiana que volvió de Venezuela con sus dos hijas y decidió montar el negocio ‘Confecciones Marce’, aludiendo al nombre de su hija. María teje las sábanas y cobijas a mano y las vende en Bogotá, e incluso hace envíos a Barranquilla y Arauca. Ella fue una de las participantes de estos espacios de emprendimiento en los que aprendió rutinas para mejorar el manejo de su negocio. “Los talleres me ayudaron a llevar una contabilidad: qué me gano, qué me gasto y a llevarlo todo anotado. Porque no tenía un control de todo lo que me ganaba, sino que pagaba y gastaba, y ya”, explica.
En los grupos de ahorro, los y las participantes se forman en cómo generar ahorros de forma colectiva, para luego afrontar urgencias o conseguir alguna meta familiar. Mientras que en las sesiones de orientación laboral, se potencian los conocimientos y habilidades para acceder al mercado laboral.
Otro de los pilares de esta iniciativa fue mejorar los hábitos nutricionales de las personas participantes, así como acompañar a las madres durante los primeros meses de lactancia, claves para el buen desarrollo de los niños y las niñas. De esta manera, desde 2019, casi 104.000 niñas, niños, y comunidades recibieron servicios complementarios de nutrición y se inauguraron 48 espacios de lactancia, un lugar seguro para madres y bebés.
También, desde 2021, VenEsperanza comenzó a identificar a personas que llegan caminando desde Venezuela, para evaluar su grado de vulnerabilidad e incluirlas en el programa. Hasta marzo de 2023, los equipos realizaron el pre-registro de casi 10.000 familias caminantes, de las cuales el programa apoyó a casi 4.000 de ellas tras llegar a su ciudad de destino en Colombia.
El programa VenEsperanza seguirá atendiendo a la población migrante y refugiada procedente de Venezuela hasta finales de 2024, con el objetivo de apoyar a 517.000 personas hasta esa fecha.
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