Esta conmemoración es propicia para honrar el esfuerzo, las habilidades y el amor de quienes participan activamente en el desarrollo de las empresas, en la producción de bienes o en el suministro de servicios para el beneficio de toda la sociedad; el trabajo por ellos realizado permite edificar proyectos colectivos, al tiempo que representa el instrumento para satisfacer las necesidades personales y familiares.
Hoy conmemoramos el Día Internacional de los Trabajadores, homenaje que se le realiza al movimiento obrero en su lucha por sus reivindicaciones laborales y sociales. Esta fecha fue instituida hace 134 años, tres años después de la ‘revuelta de Haymarket’, de la cual se desprendió el caso de los llamados ‘Mártires de Chicago’, un grupo de ocho sindicalistas estadounidenses participantes en una huelga en la que se exigía la implementación de la jornada laboral de máximo ocho horas en esa ciudad. Cinco de ellos fueron condenados a muerte por la presunción de un ataque con artefacto explosivo a policías durante la protesta. Años después, los tres que no fueron condenados recibieron el indulto; el Estado de Illinois reconoció que se había cometido un error en el juicio.
Esta conmemoración es propicia para honrar el esfuerzo, las habilidades y el amor de quienes participan activamente en el desarrollo de las empresas, en la producción de bienes o en el suministro de servicios para el beneficio de toda la sociedad; el trabajo por ellos realizado permite edificar proyectos colectivos, al tiempo que representa el instrumento para satisfacer las necesidades personales y familiares. Es un merecido homenaje que se les brinda al trabajador y a su familia. Por ello, en la Universidad Simón Bolívar, nuestra querida doña Anita, presidenta de la Sala General, desde enero, con toda la dedicación y cuidado, organiza la fiesta y los regalos para agradecerles a todos los trabajadores su compromiso con la alma máter. Alrededor de su amor de madre nos reunimos todos para festejar la fecha y la labor cumplida.
La Primera Revolución Industrial implicó una radical transformación socioeconómica e impactó el trabajo humano con la aparición de tecnologías tales como la máquina a vapor y el ferrocarril. En la actualidad, con la implementación de la inteligencia artificial y la robótica, en plena Cuarta Revolución Industrial, el hombre allana el camino para una mayor integración con las máquinas. Este acelerado proceso amenaza con la desaparición y transformación de muchos oficios y profesiones; incluso, expertos tecnológicos han dejado ver su temor por el desplazamiento de las personas y el traslado del poder hacia las máquinas; a pesar de ello, las capacidades, las competencias, la pasión y el sentido humano resultan insustituibles y necesarios para continuar construyendo el mundo productivo al servicio de la sociedad. Estas virtudes y sentimientos son inherentes a los trabajadores.
No hay comentarios:
Publicar un comentario