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martes, 18 de abril de 2023

Promover la diversidad, equidad e inclusión favorece los escenarios de aprendizaje

En sintonía con los debates académicos en el mundo, la Universidad del Rosario le apuesta a la promoción de la diversidad, equidad e inclusión para generar cambios positivos en el aprendizaje, en la preparación de jóvenes para el mundo real y en la construcción de un mejor país.

En línea con lo anterior, Flora Rodríguez Rondón, coordinadora del Centro de Diversidad, Equidad e Inclusión – PLURALES – de la Universidad del Rosario, explica cuatro grandes frentes de acción que favorecen estos parámetros de formación. En primer lugar, generar experiencias de aprendizaje que permitan interactuar con diferentes ideas, perspectivas y saberes fomentan una mayor empatía y estimulan el pensamiento crítico.

Segundo, un ambiente inclusivo, donde las personas y su identidad son valoradas, respetadas y reconocidas en su diferencia, lleva a las instituciones educativas a convertirse en un espacio seguro a través de la motivación, el manejo de las emociones y con una comunicación asertiva entre docentes y estudiantes.

En tercer lugar, la proyección hacia el mundo real hace que la comunidad sea diversa y desarrolle competencias para vivir en un mundo globalizado en el que las habilidades interculturales, blandas y sociales, se valoran y pueden marcar la diferencia para la igualdad de oportunidades.

Finalmente, impulsar el respeto y el reconocimiento por las experiencias de los demás puede contribuir al desarrollo de la empatía, una sana convivencia y formación de individuos solidarios que aportan a la construcción de una mejor sociedad.



Diversidad, oportunidad para corregir desigualdades e injusticias

“Promover un ambiente educativo en el que se valore y respete la diversidad de las personas en términos de su pertenencia étnico-racial, género, orientación sexual, religión, discapacidad, y otras características o marcadores sociales, es una premisa de la universidad”, comentó Rodríguez.

“Durante mucho tiempo, las sociedades y sus instituciones han visto la diferencia como un problema que debe ser resuelto, ya sea por asimilación de las personas consideradas diferentes a la sociedad mayoritaria o por su eliminación. Desde la Universidad consideramos que el trabajo en torno a la diversidad es una oportunidad para corregir desigualdades e injusticias hacia grupos históricamente discriminados”, explicó.

La profesora Rodríguez aseguró que "la integración de estos principios en las instituciones de educación superior las enriquece, brinda oportunidades para el aprendizaje y el cambio cultural y prepara a ‘les’ jóvenes para un mundo diverso y globalizado”.

La Universidad del Rosario cuenta con iniciativas que incentivan el reconocimiento de la diversidad, entre esas, UR Intercultural, centro que vela por la inclusión y el acompañamiento integral a estudiantes de comunidades étnico-raciales; el programa IncluSer, que brinda apoyo a estudiantes con discapacidad física y sensorial y el Protocolo de Violencias Basadas en Género y Discriminación, que acoge, además, un proyecto de prevención de violencias a través de la pedagogía y la sensibilización.

La articulación de estas iniciativas es liderada por PLURALES, centro de intervención y extensión académica, cuya labor se enfoca en la promoción de una cultura de respeto a la diversidad, impulso a la equidad y de la inclusión con perspectiva interseccional.



Enseñanzas en diversidad para otras instituciones de educación superior

La Universidad ha reconocido en su interior el nombre identitario de personas trans y personas no binarias que no se identifican con su nombre legal y su sexo asignado al nacer, si bien nadie está obligado a hacerlo, la Universidad del Rosario considera urgente crear las condiciones para que, quienes lo deseen, puedan tener una experiencia estudiantil y laboral segura y respetuosa.

Aunque el camino por recorrer es largo, es posible recoger algunas enseñanzas que pueden orientar el trabajo de otras instituciones de educación superior:

1- Conocer y reconocer las propias problemáticas en violencia y discriminación es un primer paso. Aquí resulta clave llevar a cabo ejercicios diagnósticos y participativos e impulsar la investigación en estos temas;

2- Implementar intervenciones pedagógicas, que transformen estereotipos y prácticas negativas con estudiantes, docentes y personal administrativa;

3- Adecuar los sistemas de registro e información, de modo que reconozcan la diversidad de la comunidad universitaria en términos respetuosos. Por ejemplo, uso del nombre identitario en listas de clase, correo y carné; e identificación de estudiantes, docentes y funcionarios que pertenezcan a grupos étnico-raciales; entre otros.

4- Abrir espacios de discusión, que recojan las inquietudes de integrantes de la comunidad universitaria;

- Implementar adecuaciones en la planta física, para que todas las personas puedan gozar de estos recursos. Esto incluye, entre otros, cuestiones de accesibilidad para personas con discapacidad, pero también espacios no segregados por sexo o género, como los baños.

5- Sistemas de información

A lo largo de 370 años, la Universidad del Rosario ha tenido la profunda convicción del poder transformador de la educación, el compromiso de aportar al país la imperiosa necesidad de cimentar sólidas bases humanistas en la formación profesional y humana para enriquecer los valores de nuestra sociedad. Esta definición de horizontes de justicia y equidad que considera la diversidad humana y las desigualdades sociales como asuntos de mayor relevancia para Colombia son una premisa para la institución.

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