El programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID) Conectando Caminos por los Derechos y AID FOR AIDS
Colombia continúan uniendo esfuerzos por visibilizar y defender los derechos de
la comunidad LGBTIQ+, mujeres, y población migrante y refugiada venezolana que
ejercen o están en riesgo de ejercer el sexo por supervivencia en el país.
El programa es implementado por AID FOR AIDS (AFA) Colombia,
organización sin fines de lucro comprometida con el empoderamiento de las
comunidades en riesgo de VIH y la población en general, mediante el desarrollo
de sus habilidades y capacidades en prevención integral a través del acceso a
tratamiento, defensa, educación y capacitación para mejorar su calidad de vida
y reducir el estigma y la discriminación.
“Estamos
trabajando con una población que por la urgencia de sus circunstancias no tiene
conocimiento de sus derechos, no tiene un soporte, y las ayudas que existen no
saben cómo encontrarlas” dice Jaime Valencia, director de AID FOR AIDS
Colombia. “Queremos empoderar a estas comunidades; educarlas para que sean
ellos mismos quienes nos digan qué quieren hacer y qué quieren cambiar en favor
de sus derechos”, afirma Valencia.
Esta segunda fase del Programa se centra en brindar orientación personalizada para la regularización migratoria y vinculación al sistema de salud a más de 300 mujeres y personas LGBTIQ+ migrantes y refugiadas venezolanas y población proveniente de Venezuela que han ejercido el sexo por supervivencia en Soledad, Bogotá, Cúcuta, Cali, Medellín y Maicao. De igual forma, se busca incentivar la formación de 120 personas de la población objetivo en herramientas de exigibilidad de derechos e incidencia pública, a través de talleres presenciales en las ciudades seleccionadas.
Esta población es víctima doble de discriminación, tanto
por su condición de refugiados o migrantes, como por su orientación sexual e
identidad de género, y corren un riesgo adicional frente al ejercicio de
actividades sexuales sin mecanismos de protección.
La primera fase de este proyecto encontró que sigue
siendo preocupante la situación de desconocimiento en la que se encuentran los
refugiados y migrantes venezolanos que han ejercido el sexo por supervivencia,
que no solo incluye a mujeres y niñas, sino también a hombres heterosexuales y
homosexuales, y a personas trans. Es notable el incremento de establecimientos
como locales webcam que se unen a sitios como plazas, parques, calles y vías
públicas, donde se practica el sexo por supervivencia sin ningún acceso a
medidas preventivas del VIH y otras enfermedades de transmisión sexual.
Por otro lado, es alarmante el riesgo que corren estas personas al estar expuestos a esquemas de trata de personas y de explotación sexual, ya que la mayoría ejerce estas actividades de forma voluntaria al no tener otra opción de vida, con el único fin de subsistir, pero muchos, al entrar en la dinámica del comercio sexual, se ven envueltos en esquemas de dominación que los obliga a seguir órdenes de mafias y grupos delictivos organizados, obligándoles a ejercer acciones en contra de su voluntad y en riesgo claro de su integridad física y mental.
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