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lunes, 12 de abril de 2021

AMBIENTES CERRADOS: ‘AMIGOS’ DEL VIRUS - POR: JOSÉ CONSUEGRA

El compartir espacios con escasa o nula ventilación o climatizados con ventanas cerradas facilita la dispersión y contagio de ese enemigo silencioso e invisible que avasalla a la humanidad desde hace ya más de un año.

El uso permanente del tapabocas, el lavado de manos y el distanciamiento interpersonal son las principales medidas de autoprotección que practicamos para prevenir el contagio del virus de la covid-19. Adicionalmente es sumamente importante que la interacción social se realice en ambientes ventilados o al aire libre, muy especialmente ahora que vivimos el tercer pico de la pandemia.

Diversos estudios científicos ya han determinado que los espacios sin ventanas, no ventilados y no aseados adecuadamente, facilitan la propagación del virus con mayor rapidez que en ambientes abiertos porque presentan las condiciones ideales para el contagio por aerosoles (pequeñas partículas exhaladas por un contagiado), que quedan suspendidos en el aire por periodos amplios de tiempo. No quiere decir que el contagio sea nulo en exteriores sino que el riesgo en interiores es mayor; incluso, según se ha determinado, es 20 veces más grande por la imposibilidad de que el aire circule y se renueve.

Por ello también se recomienda la medición del CO2 en los sitios cerrados y que usualmente tienen una significativa afluencia de personas, para determinar qué tanto de este gas que exhalamos se halla en el sitio: a mayor concentración de CO2, más altas serán las posibilidades de contraer el virus por cuanto han interactuado más personas en el lugar.

En un análisis a diferentes investigaciones respecto del tema, el grupo Chequeo Covid Colombia, integrado por profesores de la Universidad de los Andes, concluyó que “los ambientes abiertos parecen ser de menor riesgo que los cerrados (aunque, insistimos, no son de cero riesgo), por lo que cualquier estrategia de reducción del daño debería considerar fuertemente incluir mecanismos para que usemos de forma segura los espacios abiertos”.

Este estudio y otros internacionales definen medidas tales como maximizar distancias, evitar actividades con contacto físico, abrir parques y sitios al aire libre con aforos controlados, mayor uso de espacios abiertos en colegios o el cierre de calles para automotores a fin de permitir a las comunidades interacción al aire libre, entre otras.

En Barranquilla y el Atlántico estamos en alerta roja por el incremento de los casos. La velocidad del contagio ha sido calificada como atípica, con gran afectación a la clase media y a los trabajadores formales, y total ocupación hospitalaria; por ello debemos seguir esforzándonos para cortar la transmisión del virus. Evitemos sitios cerrados y poco ventilados, insistamos en las medidas de autocuidado, vacunémonos y atendamos las restricciones del Ministerio de Salud y los gobiernos distrital y departamental.

Este virus letal no se vence individualmente; la cohesión social y la responsabilidad comunitaria son las únicas vías para conseguirlo. La consigna debe ser: ¡uno para todos y todos para uno!

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