Desde hace 17 años los habitantes de la vereda El Tabor debían desplazarse hasta el casco urbano del municipio de Herrán para acceder al derecho fundamental de la educación.
Con el cierre de la frontera en el 2016, se evidenció la necesidad de poner en funcionamiento la Escuela Nueva El Tabor, la cual permitiría brindar conocimientos a menores migrantes, retornados y colombianos.
“Nos unimos junto a la administración municipal y acudimos a la agencia de cooperación estadounidense Usaid Colombia Transforma, con el proyecto que beneficiaría a estudiantes colombianos y venezolanos”, afirmó Juan Carlos Cortés Arias, secretario de Fronteras y Cooperación Internacional.
La iniciativa comprendía la dotación de mobiliario para garantizar la permanencia de 40 niños y niñas. Entre los elementos entregados se encuentran pupitres, computadores portátiles, ayudas audiovisuales y menaje para la cocina y el comedor escolar.
“Estamos a 200 metros del río Táchira y como municipio de frontera merecemos fortalecer el servicio de educación que prestamos. Agradecemos a todas la entidades que se sumaron a esta obra que logrará que los estudiantes no deban transitar un largo camino para aprender”, manifestó Franio Guillén Orozco Fernández, alcalde de Herrán.
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