La Cacica Inmortal - Por: Por: Claudia Patricia López

Históricamente los hombres han dominado la música vallenata, no por falta de talentos en el género femenino, sino porque en sus inicios, los encuentros entre aquellos músicos eran motivo de convergencia varonil. Sin embargo, el embrujo del acordeón y de las parrandas vallenatas, hicieron correr por las venas de Consuelo Araujo Noguera un intenso amor por el folclor. Con su simpatía y pujanza se hizo un lugar en aquellos encuentros conquistando el alma de los representantes del vallenato.

Bajo el contoneo de sus caderas y la prosa de sus vivencias, “La Cacica” sin título de bachiller y sin ser compositora, cantante o músico; convirtió el vallenato en símbolo y representación de la cultura colombiana ante el mundo. Fue su primer esposo, Hernando Molina, quien inicialmente la llevó a compartir con el Grupo de Barranquilla, conformado por intelectuales de la época como Gabriel García Márquez, a quien acompañaría en 1982 a recibir el Premio Nobel de literatura en Estocolmo a ritmo de cumbias y vallenatos.

En los encuentros de tertulia del grupo de intelectuales, Consuelo inició la que sería una carrera empírica y brillante como periodista y gestora cultural, la cual la llevó a ocupar el cargo cónsul en España y ministra de Cultura.Uno de sus históricos aportes fue la creación junto a Rafael Escalona del “Festival de la Leyenda Vallenata” (patrimonio cultural de la nación), cuya primera versión tuvo lugar en 1967, donde el legendario Alejo Durán se coronó como Rey Vallenato. Su realización fue inspirada en el pequeño Festival organizado en Aracataca por ‘Gabo’ (1966), donde ‘Colacho’ Mendoza fue vencedor.

Su impetuosa lucha por la preservación del tejido cultural del folclor, impulsó al periodista Hernando Giraldo a bautizarla bajo el seudónimo de ‘La Cacica’. Frente al público vallenato, el caldense dijo con jocosidad: “Aja, ajá, esto es lo que te gusta a vos, tenernos sometidos aquí a tu bendita fiesta y mandarnos a todos como una gran Cacica. Eso es lo que tú eres, una Cacica”. De no ser por el trágico giro que dio su vida en septiembre de 2001, cuando fue secuestrada y posteriormente asesinada por la guerrilla de las FARC, el pasado 01 de agosto hubiese cumplido 78 años.

Mucho antes de su desaparición, Araujo manifestó al periodista Juan Rincón, durante una entrevista, su deseo de ser enterrada vestida de pilonera bajo el canto de la canción “El amor, amor”. Hoy, su cuerpo yace en el Cementerio Central de Valledupar. Esa fue la última morada de una fémina transgresora, luchadora, guerrera, quien recibió el título honoris causa en literatura y español por sus grandes aportes. Su perdida es invaluable. Consuelo fue la mujer que catapultó la música vallenata a la escena internacional.