Con este conmovedor mensaje, victimas emblemáticas de la región en cabeza del el coronel de la Policía Nacional, William Donato (secuestrado casi 12 años por las Farc, y quien se fugó de sus captores); Elibeth Murcia, esposa de Henry Pérez (el líder campesino desaparecido en el Catatumbo) y Ricardo Ayala, hijo de Emilio Ayala quien para la época de su asesinato era funcionario de Corponor, enviaron este conmovedor mensaje.
Las víctimas del conflicto armado entregaron sus testimonios este jueves en el foro ‘El desafío de las víctimas en un escenario de posconflicto, buscando caminos de reconciliación’, organizado por la Secretaría de Víctimas, Paz y Posconflicto de Norte de Santander.
"Si nosotros, los que hemos sido afectados por la violencia, damos un paso determinante para el perdón y la reconciliación ¿por qué no hacerlo el resto del País?", acotó Elibeth Murcia, esposa de Henrry Pérez.
Entre de llanto y sentimientos encontrados, Elibeth Murcia, expuso su caso ante el auditorio, y solicitó más interés por parte del Gobierno Nacional y autoridades, para contribuir a establecer su paradero.
“Yo les pido, por Dios, que lo liberen. Siento en mi corazón que a él lo tiene un grupo, él no tiene nada que ver en el conflicto armado, ha sido un hombre luchador por la comunidad, ese es el pecado grande que lo tiene por allá”.
En esta conmovedora sesión de testimonios, que duró casi cuatro horas, hablaron cada de los familiares de las víctimas, expresando con unanimidad que han logrado trascender su dolor para transformarse en luchadores para la paz".
Ricardo Ayala indicó que tras la desaparición de su padre, existe en él una increíble fuerza para el perdón. “Las víctimas le estamos dando al país una lección de reconciliación. Las Farc empezarán a pedir perdón por las atrocidades cometidas y el Estado también encarará su responsabilidad”.
“Hoy siento una tranquilidad que nunca en mi vida había sentido, siento una paz interior que necesitaba desde hace mucho tiempo, hoy puedo decir que por fin mi padre se puede ir a descansar en paz”, agregó Ayala.
Por su parte el coronel de la Policía Nacional, William Donato reconoció que su retención lo afecto sicológica y físicamente, le y causó un gran dolor en sus familiares y miembros de la fuerza policial, pero también afirmó que esas prácticas quedaron sepultadas para siempre por medio del perdón.
Luis Fernando Niño López, secretario de Víctimas, Paz y Posconflicto de Norte de Santander, indicó que los actos de perdón percibidos durante el conversatorio superan la retórica, porque están acompañados de compromisos prácticos de verdad exhaustiva y de reconciliación, en una actitud heroica de quienes han vivido en carne propia las atrocidades de la violencia.
“Con dolor y lágrimas en los ojos escuchamos estos testimonios desgarradores, de la cruda violencia en nuestro departamento. Las víctimas le están dando una lección ética y política. Están diciendo que en Norte de Santander pueden convivir víctimas y victimarios, en una nueva relación humana, si se quiere que las nuevas generaciones tengan un país diferente, enseñando un nuevo alfabeto para reescribir las páginas de un futuro en paz”, puntualizó Niño López.
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