POR: JOSE NEIRA REY
1.-Porque esta Navidad y el Año Nuevo que se aproxima, será de marcadas diferencias para los venezolanos, nuestros vecinos y fraternos coparticipes de los anhelos de integración, que reiteradamente expuso y anheló nuestro común Libertador Simón Bolívar, quienes somos los más directos captadores de cuanto está aconteciendo más allá de los límites, vivamente ansiamos ,que los problemas de carácter institucional que actualmente dominan el panorama público de Venezuela, logren una evolución positiva y que la institucionalidad y pautas de gobierno, que se adopten, se apliquen, en pro del entendimiento y desarrollo, que necesita y le urge, a nuestro país hermano.
Y, lo exponemos, sin algarabías y con gran respeto, porque la suerte de millones de venezolanos y de miles y miles de personas ubicadas en diferentes lugares de nuestro planeta, requieren y esperan, que esta primera potencia en reservas de petróleo y otros productos, logre la tranquilidad que le es indispensable, para coordinar acciones y empeños, en procura de adelantos y avances significativos en unión y procesos de producción, que permitan encausar la suerte de esta nación, sobre destinos menos complejos y llenos de vicisitudes, como los que ahora se registran, en la conducción de sus destinos.
2.-Y,desde la frontera, nos atrevemos a formular estos sentimientos de esperanza y transformación, porque siendo coparticipes con Venezuela de muchos prospectos, que hasta ahora no han podido tener la fuerza y la acción trascendente de las realizaciones, nada sería más grato y vivificante, que en breve pudiéramos señalar y advertir ante el concierto internacional, que en Venezuela, como en toda la frontera –y, conforme a políticas de Estado, abiertamente realistas y estimulantes – se insinúan e inician proyecciones de gran perspectiva ,los prospectos de industrialización, aprovechamiento de ventajas comparativas y ampliación y mejoramiento de servicios básicos, junto a fuentes de empleo, que llenen de satisfacción a miles de hombres y mujeres, que ansiaban hallar puntos de apoyo y superación, eliminando paulatinamente los inmensos promedios de informalidad y empleo disfrazado existentes, ante la carencia de programas y conductas compartidas entre Venezuela y Colombia
3.-Y, lo exponemos con fervor, porque debemos irrumpir los países de este Continente, con una visión de realidades más acorde, con las urgencias que hoy golpean el desenvolvimiento de nuestras comunidades, ante la avalancha de las situaciones que en diversos campos golpean la estructura operativa de la producción, por el influjo de lo financiero, monetario, cambiario, administrativo y de núcleos de poder.
Sí, un mejoramiento integral de Venezuela, también es bueno para nosotros, porque en la frontera queremos la consolidación de vivencias, que sean consecuencia clara y nítida de un cambio y transformación, con beneficio para todos. Además, porque no es bueno, ni a nada conduce, el permanecer esperando medidas y fórmulas que no llegan, bien porque no nos tienen en cuenta o porque las iniciativas carecen de respaldos y asistencias suficientes de nivel mayor y de responsabilidad compartida.
Por eso y porque los factores de intercambio, interrelación y verdadera integración hay que aterrizarlos y ubicarlos sobre planos de prioridad y ante la salvaguardia que en todo lo que hagamos debe estar impreso y con sello de autenticidad y valor trascendente la institucionalidad y el más verdadero y auténtico espíritu de hermandad e intercambio. Y, porque si no es así, los limites patrios y la noción de frontera, tomará el camino de lo inseguro y hacia la formación de murallas y entorpecimientos normativos y reglamentarios de la anormalidad.
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