Colombia, un país
que día a día demuestra porque sigue siendo "tercermundista", aquí no
importa tener riquezas naturales, talento profesional, destacados académicos y
grandes artistas. En Colombia aún preferimos vivir rodeados de "mentiras
piadosas" que afrontar realidades que el resto del mundo no ignora.
En época de
campañas electorales, muchas personas aún escogen sus representantes sin saber
sus políticas, sus antecedentes y sus fracasos; aquí, somos fanáticos, votamos
por un candidato sólo porque representa un partido político o a un
"semi-caudillo", somos seguidores enceguecidos de cultos, iglesias,
redes de mercadeo, equipos de fútbol, programas de televisión, artistas, entre
otros.
A los colombianos
nos gustan que nos mientan, no dejamos de creerle a los periodistas cuando
sabemos que el 90% de sus noticias son falsas o están direccionadas hacia algún
interés personal, sabemos a quién le pertenecen los medios, y seguimos
"tragando entero".
Hoy la revista
Semana como es habitual, publica un artículo destructivo, esta vez en contra de
José Augusto Cadena, presidente del Cúcuta Deportivo, su principal argumento
para juzgarlo es que el señor Cadena dice que el fútbol es un negocio.
Pregunto: ¿acaso no lo es? - Un club de fútbol es una empresa como cualquier otra, ofrece entretenimiento, es similar a ir al cine, al teatro, a un concierto o a cualquier deporte en el que un fanático pague una entrada para disfrutar del evento.
Según Semana y muchos periodistas es
"pecado" decir que el fútbol es un negocio, lo más curioso es que
estos personajes igual obtienen sus ingresos del fútbol, ¿será que Andrea
Guerrero trabaja gratis?, ¿se han preguntado cuánto cobran Iván Mejía, Carlos
Antonio Vélez o Antonio Casale?
Real Madrid tiene
un modelo de valorización en el que el núcleo de la institución se basa en ser
una empresa exitosa financieramente; Una de sus principales fuentes de ingresos
son los productos de merchandising.
David Beckham llegó a la institución principalmente por su impacto en medios y su capacidad de vender la marca, eso se evidenció en el aumento de los ingresos por la venta de camisetas con su nombre.
Hoy el fútbol es
un negocio, no se está hablando de sobornos, apuestas y corrupción, lo cual si
debe ser criticado y juzgado, se está hablando de que un club debe dar
beneficios económicos a sus dueños, ¿qué sentido tendría mantenerlo si no fuera
así?, claro, por ser negocio no deja de ser importante el amor al deporte lo
cual no debe ser inversamente proporcional con la idea de obtener ingresos; es
más, el ideal es que tengan una relación directa.
Ahora, un club en
la primera división siempre será más rentable que uno de segunda, según Iván
Mejía, Cadena quería llevar al Cúcuta Deportivo a la segunda división.
A un club en esta
categoría se le dificulta el apoyo de los patrocinios, los ingresos por
entradas de taquillas, el pago por derechos de televisión, entre otros,
entonces según los periodistas y algunos jugadores (como el polémico Gerardo
Bedoya) para Cadena es más rentable ganar menos dinero.
Recordemos que
Andrea Guerrero una de las periodistas que más crítica al presidente de la
institución, es hija de German Guerrero, un expresidente del cuadro motilón
envuelto en escándalos de corrupción de menores y criticado por su pésima
gestión en la institución.
Es evidente que el
club tuvo un fracaso deportivo este año y como resultado descendió a la segunda
división, pero claramente las contrataciones al comienzo del semestre daban a
entender que el objetivo trazado era permanecer en la categoría máxima; El
desastre actual es una suma de errores de muchas personas.
El primer
responsable debería Flabio Torres. Él fue director técnico del club al inicio
de esta campaña, de 27 puntos posibles logró 4, en 9 fechas el club marco
solo 2 goles.
Con estos números
era evidente que el señor había fracasado y debía darle la oportunidad a otra
persona de tratar de salvar el club del desastre, sin embargo, no lo hizo, él
se presentó como una víctima de las circunstancias y manipulo a la prensa
cucuteña que aprovecho una vez más la oportunidad para dirigir toda
responsabilidad al presidente, Flabio salió de la ciudad siendo una víctima
más, eso sí cobrando todo su salario bajo presión mediática.
La prensa en su
mayoría cucuteña quería ver al equipo en la segunda división, esto genera
noticias, les da rating y más dinero, lo molesto es que usen al hincha para
estos objetivos, mientras el hincha verdadero hoy sufre porque su equipo está
en la segunda división, el periodista es feliz; tiene noticia.
El presidente
perdió, la institución perdió, el hincha perdió pero el periodista hoy es
feliz, logró su cometido, generar más noticias, más dinero para sus bolsillos.
Santiago Herrera
Escritor
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