Cúcuta Deportivo de la gloria a la quiebra en 6 años

El Cúcuta no supo gestionar su bonanza y hoy debe más de 17.000 millones de pesos.

Que un equipo pierda es grave; que no pague sus deudas, catastrófico. Pero cuando estos dos males se juntan suenan trompetas fúnebres. En este escenario está el Cúcuta Deportivo, que podría salir del fútbol profesional si antes de octubre no llega a un acuerdo con sus acreedores, a los que les debe $17.497 millones.

En seis años, el equipo pasó de tocar el cielo a verle la cara al diablo. Del campeón colombiano en el campeonato del 2006 y semifinalista al año siguiente de la Copa Libertadores solo quedan recuerdos.

En las dos caras de la moneda aparece el polémico exalcalde Ramiro Suárez Corzo. En el 2004, nada más posesionarse, se puso como meta reflotar el equipo, que llevaba 9 años y medio en la B. Aprovechando su posición, convenció a empresarios locales de comprar el club, aunque era él quien movía los hilos. En el 2005, el Cúcuta volvió a la A.

Después de fichajes como el del DT Jorge Luis Pinto y los jugadores Macnelly Torres y Róbinson Zapata, el equipo fue campeón, por primera vez en su historia, en el 2006. Luego vino su épica participación en la Libertadores del 2007, en la que llegó a la semifinal. Era el sueño hecho realidad de Suárez, que se vendía como mecenas de la ciudad.

"Suárez convirtió al Cúcuta en un club de bolsillo", dice el presidente de la asociación de barras, Humberto Álvarez. Muchos recuerdan cómo se metía a los camerinos en la Libertadores para ofrecer incentivos, chequera en mano, a quienes hicieran gol. "Decían que le metía gasolina de avión al equipo", cuenta un hincha.

Pero en septiembre del 2007 fue detenido por participar en un homicidio 'para' y el equipo comenzó a resquebrajarse. Con Suárez preso, los inversionistas no solo dieron continuidad a la política de derroche del exalcalde, sino que consideraron que era la hora de los dividendos. El equipo comenzó a salir de sus estrellas. Macnelly Torres se transó por 2,2 millones de dólares con el Colo Colo. Todos fueron metiendo mano a la caja, no solo a lo proveniente del mercado de fichajes, sino también a los jugosos ingresos por taquilla, publicidad y derechos de TV. Para el 2008, el club ya estaba saqueado.

Esta semana, la Supersociedades aceptó que el equipo se acoja a la Ley 1116 del 2006 (de insolvencia). Esta norma le permite iniciar una reorganización -para normalizar sus relaciones comerciales y crediticias- y suspender las obligaciones de pago. También impide que se inicien procesos en su contra.

Lo anterior, siempre y cuando no se atrase en sus obligaciones posteriores al 24 de febrero y llegue, en un plazo de seis meses, a un acuerdo con sus acreedores, entre ellos el fisco, al que le adeuda 2.828 millones de pesos de retención.

Luis Aparicio, representante legal del equipo, cree que es posible salvarlo con una emisión de acciones y un acuerdo con la Alcaldía (cambiar deuda por publicidad). "Así, pagaríamos nuestras obligaciones en 15 ó 20 años", concluye.