Con la presencia de invitados especiales que conocen de primera mano la situación de orden público del departamento, se desarrolló el Primer Conversatorio de Militares y Policías Víctimas del Conflicto Armado en Norte de Santander, en las instalaciones del Auditorio Quinta Avenida de la Fundación de Educación Superior FESC Comfanorte, en donde el Ejército Nacional a través de la Trigésima Primera Brigada y la Fuerza de Tarea Vulcano, recordaron a los asistentes la importancia de reconocer como víctimas a los policías y militares, generando así espacios académicos entorno a la memoria histórica de la institución.
El reconocimiento de militares y policías como víctimas del conflicto armado ha sido tema de debate en el país. Es un hecho que la legislación ha incluido a los miembros de la Fuerza Pública dentro de su definición de víctima; sin embargo, más allá de que esté expresamente establecido en la ley, hay quienes ponen en duda que deban ser reconocidas por la sociedad como tales.
A lo largo de los años han sido recurrentes las acciones que vulneran los derechos humanos y que han trasgredido las normas del Derecho Internacional humanitario - DIH, lo que ha afectado a la población civil y a los miembros de la Fuerza Pública sin distinción alguna. Sólo por citar un ejemplo, Colombia ocupó durante años los primeros lugares entre los países con mayor número de víctimas de minas antipersonales. Bastaría con señalar que más del 60% de las víctimas de este flagelo corresponde a soldados y policías, para evidenciar que efectivamente los agentes del Estado han sido víctimas en el conflicto.
Los cuerpos de soldados y policías son el reflejo de una guerra inclemente, sus miembros mutilados o con discapacidad, recuerdan a diario la magnitud de la violencia que ha tenido lugar en el conflicto. Sin embargo, en diferentes escenarios donde estas personas buscan ser reconocidas como víctimas, sin que presenten necesariamente una muestra evidente de la forma en que han sido victimizados, continúan siendo mirados con prevención.
Con la asistencia de cerca de 150 personas al evento entre ellos, víctimas militares y policiales del conflicto armado en Colombia, se escucharon ponencias importantes como la del señor Teniente Coronel Raimundo Malagón, quien fue secuestrado por las Farc por siete años y fue liberado en la exitosa "Operación Jaque"; o la experiencia en el Corregimiento de Las Mercedes del Patrullero de la Policía Nacional Jorge Lizarazo Rincón, quien en un ataque a la estación resultó herido y allí perdió sus piernas.
También se destacaron las ponencias del doctor Luis Fernando Niño López Secretario de Víctimas, Paz y Posconflicto del departamento de Norte de Santander, quien rescató la importancia de la memoria histórica dentro del proceso de reparación de las víctimas, debido a que es la pieza fundamental para garantizar la no repetición y la no re-victimización; además, explicó cuáles son los trabajos que está realizando la gobernación en el tema de memoria histórica en el departamento, poniendo como ejemplo los procesos que se adelantan en Filo Gringo y el centro de paz y reconciliación para las víctimas.
El conversatorio se logró gracias a la gestión realizada por el Departamento Jurídico Integral del comando del Ejército Nacional con la Fuerza de Tarea Vulcano y la Trigésima Brigada en el departamento de Norte de Santander, en donde gracias también al apoyo del Equipo para el Desarrollo Comunitario Fe en Colombia, se logró articular con gobierno local para que tuviera gran acogida y se llevara con total éxito.
Al final del evento, la doctora Ángela Suárez, que hace parte del equipo de trabajo del Departamento Jurídico Integral del Ejército Nacional, magíster en Defensa de Derechos Humanos y DIH, y quien ha sido coordinadora de asistencia a víctimas en la Campaña colombiana contra minas, concluyó exponiendo las razones para entender a los militares y policías como víctimas del conflicto armado, destacando que debe verse al uniformado desde la dignidad humana, desde su esencia cómo persona a la que se le han violado sus derechos fundamentales y por tanto merece ser reconocido como víctima.
El conflicto armado que se ha librado en Colombia ha dejado millones de víctimas; en lo que refiere a las Fuerzas Militares y Policiales no se conoce con exactitud a cuántos se le vulneraron sus derechos en el ejercicio de su labor, pero son muchas las historias de vida han quedado en el anonimato, así que esta fue una oportunidad para no sólo escuchar los testimonios de quienes compartieron sus experiencias, sino también fue un espacio en donde se tuvo presente que el reconocimiento de las víctimas, su atención y reparación, son fundamentales para alcanzar la paz de nuestra Colombia.
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