José Eusebio Caro, hijo ilustre del departamento, fue homenajeado por la Gobernación

La Sala Número Uno de la Torre del Reloj de Cúcuta fue bautizada con el nombre de José Eusebio Caro Ibáñez, considerado hijo ilustre de Norte de Santander, lo cual se convirtió en un homenaje que la Gobernación acaba de hacerle al artista, en conmemoración a su natalicio.

El acto contó el apoyo de los representantes de la Academia de Historia de Ocaña y la Asociación de Escritores de Norte de Santander, quienes descubrieron una placa exaltando al ocañero, en medio de una exposición alusiva a su nombre, además de la entrega del Decreto por el cual se le da el nombramiento oficial a la sala.

Este Decreto, con el cual se hizo un reconocimiento especial, por la vida y obra del artista, fue entregado a Mario Javier Pacheco, en representación de la Academia de Historia de Ocaña, y el cual lo distingue como poeta escritor, filósofo e ideólogo y creador del partido Conservador colombiano, quien dejó un legado importante en el país y en la literatura. 

Esta sala ha servido innumerables veces como centro de exposiciones, recitales poéticos, reuniones institucionales, talleres y conferencias, impulsando las muestras artísticas y culturales en Norte de Santander

“Como compromisos del gobernador de Norte de Santander, William Villamizar Laguado, se desarrolló este homenaje, el cual quedará para la historia del departamento, además de una exposición abierta al público, donde participaron 30 artistas regionales, gracias a la colaboración del grupo Salvador Moreno”, expreso César Ricardo Rojas Ramírez, secretario de Cultura departamental. 

Datos biográficos de José Eusebio Caro

(Ocaña, 1817 - Santa Marta, 1853) Escritor y político colombiano considerado el mayor poeta del primer romanticismo nacional. De ascendencia española, quedó huérfano de padre y se educó con su abuelo, Francisco Javier, aunque no pudo terminar sus estudios de derecho por los trastornos de las luchas civiles.

Paralelamente a su quehacer literario, se desempeñó con éxito en el ambiente político: fue parlamentario, administrador de la Hacienda Pública, director del Crédito Nacional y Ministro de Hacienda, y sentó con Mariano Ospina las bases del conservador. Fundó los periódicos El Granadino (1840-1845) y La Civilización (1849-1851), en los que colaboró como redactor. 

Hacia 1850 fue condenado a prisión por sus ideas políticas, pero se le conmutó la pena y partió al exilio. Desde entonces fijó su residencia en Nueva York; murió víctima de la fiebre amarilla al regresar a su patria.