Las 772 víctimas por minas antipersonal, acumuladas desde 1990, que tiene Norte de Santander y por las cuales ocupa el quinto lugar a nivel nacional, llevó al gobernador Edgar Díaz Contreras a solicitar al presidente Juan Manuel Santos, que no deje al Departamento por fuera de la priorización del desminado acordado con la Farc.
En detalle, a nivel regional, el flagelo de las minas ha dejado víctimas en: Tibú (161), El Tarra (87) y Teorama (160), además de otros 22 municipios, según las cifras a enero de 2015 de la Dirección de Minas Antipersonal de la Presidencia de la República. El 95% del total de las víctimas que se reportan en el Departamento son de la zona del Catatumbo.
En la misiva del 20 de marzo el Mandatario Regional aclara que la inclusión es una de las acciones generadoras de confianza para las comunidades vulnerables, porque “permitirán recuperar grandes extensiones de tierra, muchas de ellas, vetadas hoy para nuestros campesinos.”
Añadió, que la reincorporación a las actividades agrarias y comerciales de estas tierras, “ayudará a estos habitantes retomar su ancestrales relación con el campo, los reconciliará con la paz y le devolverá una vida digna.”
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