..

| Bienvenidos a Noticúcuta jueves 25 de Abril de 2024 | | E- Mail: noticucuta@gmail.com | Whatsapp: 313-471-2961 y 311-258-8001 |

Traducir a otro idioma

English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

viernes, 31 de octubre de 2014

Halloween - Por: Renson Said


Es muy probable que Cúcuta sea la única ciudad del planeta en que el Halloween, o noche de brujas, no se celebra el 31 de octubre sino que es permanente y dura todo el año. Aquí todo el mundo vive disfrazado. Nadie quiere mostrar su verdadero rostro. Nadie piensa lo que piensa sino lo que piensa el que de verdad está pensando. Y hablo fundamentalmente de los funcionarios, de los candidatos, de los ordenadores del gasto público. De los que han convertido a la ciudad en un aquelarre de brujas y vampiros. De íncubos y súcubos. De momias y engendros mitológicos. El otro día, para no ir muy lejos, entré a una taberna y vi a un vampiro. Estaba cerca de la barra chupándole el cuello al barman. Vi cuando le clavó los colmillos, cuando la sangre humeante saltó de una vena rota e inflamada. No fui el único, desde luego, todos se dieron cuenta. El barman aullaba. El vampiro tenía los ojos amarillos, inyectados de formol. Yo quise reaccionar buscando un crucifijo, pero alguien detrás de mí gruñó un “pschée”, y dijo:

-Relájese, maestro, no haga nada que ese es el secretario de tránsito.

Entonces no hice nada y el vampiro salió por la ventana volando en forma de murciélago. Todavía hoy lo pueden ver por la 15 clavándole los colmillos a una morcilla, porque, como todo el mundo sabe, la morcilla la hacen con sangre de toro.

Eso en la taberna. Si uno entra a la alcaldía la cosa es peor porque además de vampiros allí anida un zoológico entero: el hombre lobo, Frankenstein, la hiena, el hombre invisible, coyotes, panteras rosas, el escarabajo de Kafka, los humanos artificiales de Blade Runner, en fin. Y a juzgar por un recorte de prensa que tengo sobre mi escritorio, el único ser humano que existe en la ciudad es el que está detrás del alcalde. No delante del alcalde, ni dentro del alcalde, sino detrás. Ese debe ser el señor Smithers. Porque me cuentan mis corresponsales que el alcalde se disfraza del señor Burns, el personaje usurero de los Simpson y dueño de una planta de energía nuclear en Springfield. Donamaris, como el señor Burns, cambió de nombre. Y ambos se han enriquecido explotando a sus trabajadores. Y ambos tienen un Smithers de confianza.

Dije que Cúcuta es un aquelarre permanente y no estaba exagerando. Esta mañana casi me atropella un zombi. Fui a pagar la luz y me atendió una momia. Salgo a la calle y un ninja de Shadow Phoenix y un Scorpion de Mortal Kombat dirigen el tráfico. Luz karime Coronell, disfrazada de caperucita roja, es devorada incesantemente por las fauces del Lobo. César Rojas, uno de los dos mil setecientos cincuenta y tres candidatos que hay para la alcaldía de Cúcuta, se disfraza todos los días de alfombra roja: es la alfombra que pisa Ramiro Suárez para no manchar la suela de sus zapatos. Satirio dos Santos no necesita disfraz. Él es él –como el “yo soy el que soy”, de la Biblia-. Y él es un empresario de la fe. Otro señor Burns con piel de oveja, a diferencia del alcalde que tiene piel de Lobo. Jorge Acevedo a veces se disfraza de campanita de misa porque suena para cualquier candidatura. Pero muchas otras veces su disfraz se torna más honesto: una multicéfala lombriz solitaria.

¿Y William Villamizar? ¿Y Wilmer Carrillo? ¿Y Pedro Durán? No caben todos aquí, pero, como dije al principio de esta columna, el día de las brujas en Cúcuta dura todo el año. Y eso es una desgracia, porque ni siquiera un crucifijo  podría protegernos. Menos ahora, cuando a Cristo se le dio por ser Senador.

No hay comentarios:

Publicar un comentario