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sábado, 20 de febrero de 2021

Oumuamua y vida extraterrestre - Por: Carlos Corredor Pereira

Han pasado cuatro siglos desde la muerte de Bruno en la hoguera por defender sus propuestas consideradas heréticas por la Iglesia .

No hay nada tan grave durante una pandemia como un ataque simultáneo de infodemia. Ante esta situación, lo mejor es alejarnos por un tiempo de este mundo.

Giordano Bruno proponía a finales del Siglo XVI que las estrellas eran soles como el nuestro y que a su alrededor se movían planetas similares a la tierra en donde debían existir plantas, animales y seres humanos.

Pero han pasado cuatro siglos desde la muerte de Bruno en la hoguera por defender sus propuestas consideradas heréticas por la Iglesia y sólo el pasado 10 de febrero anunciaba Lee Billings en la revista de divulgación científica Scientific American: “Por primera vez en la historia los astrónomos pueden haber percibido luz de un mundo en una órbita amigable para la vida, alrededor de otra estrella”. El anuncio fue formalmente hecho el 3 de febrero en la revista Nature Communications por el consorcio Breakthrough Watch, conformado por una red muy amplia de astrónomos que han venido explorando el universo en búsqueda de planetas que pudieran albergar vida.

Lo importante de este nuevo planeta, que aún no tiene nombre, es que se encuentra en el sistema de Alfa Centauro, el más cercano a la tierra a ´sólo´ 4,5 años luz de distancia. Un año luz es la distancia que recorre la luz durante un año a 300.000 kilómetros por segundo. Por comparación, nuestra distancia del sol se mide entre los cinco a ocho minutos. Pero hay más: el sistema contiene otras dos estrellas, y alrededor de una de ellas y en lo que podríamos llamar el cinturón de la vida, hay un planeta rocoso similar al nuestro. Estos planetas alrededor de otros soles se llaman exoplanetas y al primero de febrero, eran 4.414 confirmados.

Pero una cosa es que exista el planeta y otro que mantenga vida, y más importante, vida inteligente. Avi Loeb, respetado y controversial astrónomo israelí, por 20 años director del departamento de astronomía de Harvard y actual director del Consejo de Física y Astronomía de las Academias de Ciencias Estadounidenses, ha publicado cientos de artículos en los que sostiene que civilizaciones extraterrestres han visitado la tierra en múltiples oportunidades. El 26 de enero publicó su libro Extraterrestrial: The first sign of intelligent life beyond earth, disponible en Kindle, en el que, en forma fácil de entender, expone sus argumentos de por qué está seguro que el objeto interestelar que recibió el nombre de Oumuamua es el producto de una civilización inteligente y que posiblemente vino claramente y a propósito a nuestro sistema solar.

Oumuamua, “explorador” en hawaiano, se detectó en 2017. Tiene unas características que lo hacen diferente de un cometa o de un esteroide. Su superficie parece pulida y es bastante más largo que ancho, lo que le da en cierta manera la apariencia de un cigarro. Pero lo que más ha intrigado a los científicos es qué fuerza lo propele. Avi Loeb y su estudiante Shmuel Bialy han propuesto que la propulsión uniforme es debida a su forma de vela, la cual recibe la radiación solar en vez de viento, como lo hacen las velas en la tierra, y concluyen: “la naturaleza no produce velas; la gente las produce. Oumuamua debe haber sido diseñado, construido y lanzado por inteligencia extraterrestre.”

No todos aceptan las ideas de Loeb, pero es claro que si hay más mundos en donde pueden haber crecido civilizaciones, seguramente allá habrán florecido. Ojalá no hayan sufrido las mismas miserias de nuestra civilización, separada por milenios entre jefecillos poderosos y miles de seguidores inconscientes que matan y mueren por ellos, a nivel global y regional, sin que se avizore un fin a esta violencia atávica que, de terminar, daría sentido a la palabra civilización.

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